El hinojo pertenece a la familia de las umbelíferas, como el cilantro, el perejil, el eneldo y la zanahoria y su denominación latina y científica es: Foeniculum vulgare Miller, esta planta es originaria del sur de Europa, donde nace silvestre, y es muy aromática, hoy su cultivo se ha extendido por todo el mundo, es una planta perenne con raíces profundas y una flores de color amarillo, su sabor es parecido al anís y su textura crujiente, al apio.
Sus hojas, el tallo y el bulbo se usan en la cocina para ensaladas, sopas, verduras guisadas, salsas, aliños para encurtidos como aceitunas y las semillas son esenciales para el curry.
Al hinojo se le atribuían poderes mágicos en la cura de enfermedades y para atraer la buena suerte en los tiempos del Imperio Romano, donde a los soldados que volvían victoriosos de la guerra se les condecoraba con guirnaldas de hinojo.
Hoy sabemos que el hinojo tiene un alto contenido de flavonoides, o sea fitoestrógenos que lo hacen recomendable para las molestias de la menstruación y en los sofocos y demás síntomas de la menopausia, así como puede favorecer el aumento de tamaño de los senos y también ayuda a estimular el flujo de leche materna.
Esta planta ayuda al proceso digestivo y contribuye a expulsar las flatulencias, es también diurética y se la puede recomendar en las dietas para perder peso, facilitando la eliminación de grasas.
Alivia la tos y el dolor del pecho y ayuda a la descongestión de los bronquios, tiene propiedades antioxidantes por su contenido en vitamina C que fortalece el sistema inmunológico y elimina los radicales libres. Aumenta la potencia sexual. Ayuda a controlar los niveles de colesterol y tiene capacidad antimicrobiana.
Es una buena fuente de fibra, ácido fólico y potasio
Para aliviar la irritación de los ojos cansados y la conjuntivitis, se exprime la planta tierna y se aplica este jugo con una gasa sobre los ojos
Contiene mucho hierro por lo que es muy eficaz en los casos de anemia.
Es muy interesante para nuestra salud añadir esta hortaliza a nuestra dieta habitual.
Gregorio García Alcalá
25 de diciembre de 2012
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